Superar una pérdida: Cuando el cuerpo duele
Pilar Pastor, psicóloga de FMLC
La mente es cuerpo y el cuerpo es mente. Desde la concepción más occidental -en la que se prima lo racional y también, más recientemente, lo emocional, como vías de conocimiento y de verdad-, lo corporal se ha desplazado a una visión reducida, como una parte de nosotros puramente fisiológica, casi mecánica.
Sin embargo, si ampliamos nuestra mirada al conocimiento y entendimiento del cuerpo y nos dejamos ilustrar por las recientes investigaciones en Neurociencia y las tradiciones milenarias místicas de Oriente, podemos acceder a toda una sabiduría intuitiva, implícita y accesible en el cuerpo y a través del cuerpo.
Escuchar al cuerpo
A través del aprendizaje en nuestra cultura, hemos incorporado una visión puramente materialista del cuerpo. Sin embargo, son muchas las corrientes de la Psicología, la Neurociencia, el autoconocimiento, la espiritualidad, la mística, el yoga, el mindfulness… que entienden que el cuerpo es mente y consideran una reducción el hecho de asumir que sólo el cerebro lo es.
A medida que nos acercamos a esta manera de entender y considerar el cuerpo, comienza una nueva forma de relacionarnos con él. La principal diferencia es que empezamos a prestarle una escucha atenta, no sólo cuando se queja, grita o está enfermo. Esa escucha especial tiene que ir precedida de una pausa, que tenga que ver con silencio o con quietud. En el ruido (interno y externo), en la prisa… no hay espacio para la escucha atenta a uno mismo.
Sin escucha no hay cuidado
, porque no hay conexión con la necesidad real, ni con los límites, ni con lo que se denomina el “observador interno”, que es esa voz sabia interna que normalmente permanece dormida y que va despertando en estos espacios de silencio, de meditación, de oración, de quietud, de pausa.El cuerpo y el duelo
Durante el proceso de duelo, el cuerpo también tiene un papel fundamental. Por supuesto, está la parte que queda patente a nivel fisiológico, que ya abordamos en un post anterior y se reflejaba en una respuesta inmunitaria deprimida, de ahí la invitación al autocuidado. Pero hoy vamos a mirar el papel del cuerpo en el duelo de una forma más integral y quizá más profunda. Hoy os invitamos a integrar el cuerpo como elemento crucial de nuestro proceso de autoconocimiento y andadura por el camino del duelo.
En el duelo el cuerpo no sólo se manifiesta a través de dolores físicos -que lo hace-, sino también a través de dolores en forma de sensaciones, que se sienten en el cuerpo. Cuando el duelo está en un momento de bloqueo, como congelado, son muchas las personas que lo sienten en el cuerpo. No es que esa sensación esté reflejada en el cuerpo, sino que viene del cuerpo, y es difícil ponerla en palabras.